Sensaciones físicas. Las sensaciones físicas normalmente las genera un sistema del organismo (el sistema nervioso autónomo) que se activa de manera automática ante las situaciones de alarma. Algunas de las sensaciones más frecuentes son: dificultades para respirar o respirar rápido, mareo, sequedad de la boca, aceleración del ritmo cardíaco, temblores, tensión muscular, sudoración, nudo en el estómago o en la garganta, inquietud motriz,
Pensamientos. Cuando se tiene mucha ansiedad o miedo, los pensamientos pueden llegar a "contaminarse" de estas emociones intensas. Es decir, los pensamientos pueden volverse exageradamente negativos o catastróficos hasta el punto de pensar que nos pasará algo malo y no lo podremos controlar o que perderemos el control o nos moriremos. Es frecuente también pensar que los demás se van a hacer una idea errónea de lo que queremos decir o hacer, que nos rechacen, o que algún asunto salga mal y fracasemos.
Comportamientos. La persona que tiene un trastorno de ansiedad suele hacer cosas que le ayudan a rebajar la ansiedad. Adopta lo que se conoce como conductas de seguridad, es decir, evita situaciones que le generan ansiedad como coger el metro, o se ayuda de algunos trucos para rebajar este malestar como ir acompañado de alguien o llevar un amuleto de la buena suerte.